City Garden

El ‘Gartencongress’ es un seminario on line alemán de jardinería en el que diversos especialistas cuentan sobre sus trabajos, sus libros y enseñan sobre toda la sabiduría que hay detrás del mundo verde que nos rodea en las ciudades, casas, balcones y todo lo que nos rodea. Donde tratan diferentes temáticas todas relacionadas con la vida humana relacionada al jardín: qué hay en él, las tendencias, la filosofía de los jardines actuales, cómo estamos enfocando sus labores, nuestras necesidades y nuestro día a día.

 La mayor parte de la humanidad hemos vivido comiendo plantas libres, un par de miles de años de agricultura, los últimos 100 años con agroquímicos y unos pocos años de fast food. Lo sintético es hace muy muy poco. Junto con ello comenzaron las enfermedades relacionadas. Podemos darnos cuenta entonces que  los vegetales tienen un tremendo potencial, toda vez que hemos disminuido, con la era industrial, drásticamente la diversidad de especies que comemos. Hay un potencial inmenso que redescubrir en las plantas salvajes, nativas o exóticas, escondidas o no en nuestros jardines. Debemos armar puentes para que eso vuelva, que suceda que nos alimentemos cosechando nuestras propias plantas y qué mejor que en nuestro propio jardín o jardines citadinos comunitarios.

Dr.  Markus Strauss es un profesional dedicado al cultivo de hierbas en Alemania, muchas de ellas mal llamadas ‘malezas’. Hay muchas plantas las que no queremos en nuestros jardines y que son tremendamente nutritivas y sanadoras. Como el diente de león y la ortiga. Plantas que antiguamente se usaban para limpiar el cuerpo en primavera, luego de pasar todo un invierno comiendo alimentos pesados y de baja digestión. Una tortilla de ortiga al vapor con pimienta y crema es tan deliciosa como una buena espinaca y más nutritiva aún. La ortiga contiene alta cantidad de calcio, magnesio, vitamina C y fierro lo que ayuda a la calidad de la sangre y a la respiración. Es diurética y limpia por ende el cuerpo de toxinas. El diente de león es una maleza muy común de sabor amargo. Todos los alimentos amargos debieran ser probados por los niños. Lo amargo no gusta desde un principio, es un sabor que se educa. Y muchas plantas que son amargas son sanas porque afecta positivamente al hígado, tan maltratado hoy en día y que le hace tanta falta más alimentos que ayuden a limpiarlo. Acá no muestro evidencias científicas sino solamente estoy contando sobre lo enseñado en la charla. No pretendo más que recordar que hay mucho más que lo que estabamos acostumbrados a hacer y a comer.

Un jardín se entiende hoy en día como un lugar para sanar. En él trabajamos la musculatura sin tener que pagar caro por un gimnasio. A su vez, nos templa, nos sana el espíritu porque el contacto con la naturaleza es per se el mejor sanatorio.

En el jardín jugamos con lo que se adapta bien a ese lugar, identificando las características básicas de éste, como orientación, clima, agua disponible, luminosidad, calidad del suelo, etc. buscamos qué plantas se han naturalmente bien en vez de luchar contra lo que natura non da. Hay que dejar el perfeccionismo y adaptarse a lo que se da en cada lugar. Observar la naturaleza viendo cómo actúa, qué le gustó y qué no en cierto lugar.Que la naturaleza sea el colaborador más importante, dice Dr. Strauss.

En las comunidades, en los barrios, hacer jardines utilizando ciertas plantas que sean comestibles ayudaría en gran parte a comer más sano, más local y más barato. En Alemania hay barrios completos en que mantiene la propia comunidad los jardines ecosistémicos – comestibles que cultivan y cuidan entre todos. Nadie dijo que era fácil, pero es el mejor psicólogo, el mejor gimnasio y una excelente arma contra el egoísmo y la no cultura.

En una platabanda de una ciudad puede haber menta, orégano, allium, toronjil, etc. Las ortigas u otras anuales se pueden dejar para ser consumidas también. Entremezclar anuales con perennes. Dejar los restos orgánicos en el lugar, al menos en parte, para devolverle al suelo la fertilidad y hacer a su vez de atrapa dióxido de carbono disminuyendo por ende el problema del calentamiento global. 

Otros expertos como Wolfgang Palme trabaja con las Cityfarm .Si bien hacer jardín es un trabajo de esfuerzo, también nos dice que todo lo que requiere esfuerzo produce su recompensa que nos hace felices. Jardinear sirve para la mente y el cuerpo. Podemos hacer jardín con solo un macetero. Cultivar nuestra propia huerta o nuestras propias flores. No hay que cerrarse a probar diferentes plantas, comer las hojas de los rabanitos, de las betarragas, la raíz del apio o el tallo del brócoli. Nos invita a pensar más allá y ver como con muy poco podemos alimentarnos y hasta nos sobra. Podemos cultivar muchísimas más variedades en cambio en un supermercado sólo podemos elegir entre unas pocas. Tendremos más sabores a disposición.

Es interesante como los árboles cumplen una función muy interesante. Ellos traen los minerales de las profundidades hacia la superficie de la tierra mostrándonos que la movilidad del sistema natural no tiene límites. Los límites sólo están en nuestras mentes.

Cuando trabajamos un nuevo macizo, debemos lograr rápidamente una capa vegetal encima que cubra la tierra, forme humus y capture el CO2 para así no solamente ayudar a la fertilidad y a la captura de dióxido de carbono sino también darle un hábitat adecuado a los demás seres vivos de la gran cadena de vida dentro del mundo.