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No es necesario trasplantar sus plantas de interior hasta que note que sus raíces se están asomando en los orificios del macetero. A modo general, el momento ideal es a mitad o finales de invierno, cuando la planta aún no presenta un desarrollo notable. Procurar que el nuevo macetero no debe ser demasiado grande, siempre el cambio es de manera gradual.
Una vez que reciba su planta deberá desempaquetarla por completo cuidadosamente y retirar todo el material de embalaje.
Para familiarizarse con su nueva planta, en su tarjeta de compra podrá escanear el código QR con la cámara de su celular y ese link entregará la información necesaria para los cuidados de su nueva planta. Es posible que el sustrato se encuentre seco, por lo que recomendamos humedecer lo más pronto posible. No encharcar o sobre regar.
Coloca tu planta en un espacio con luz indirecta y ¡Admira su belleza! Definitivamente será el color que atrape tu mirada, lo mejor para dar vida a tu hogar.
En Vivero Pocochay creemos en mostrar la belleza real de nuestras plantas tal como son: sanas, desarrolladas y listas para llegar a tu espacio. Las imágenes que ves en nuestra página no son modelos ideales ni versiones mejoradas; reflejan el estado real y actual de nuestras plantas al momento de fotografiarlas.
Dicho esto, es importante recordar que cada planta es un ser vivo, único e irrepetible. Así como no hay dos hojas exactamente iguales en un árbol, tampoco habrá dos ejemplares idénticos. Es posible que tu planta tenga pequeñas variaciones en el tono del follaje, en la forma de las hojas o incluso en el ritmo de crecimiento. Esa individualidad es parte de su encanto… y de su perfección natural.
Lo que si te garantizamos es que tu planta llegará sana, enraizada, con un follaje vigoroso, acompañada de nuestro sustrato nutritivo especial, preparado por nosotros con mezclas equilibradas para su bienestar.
La planta que recibes ha sido cuidada con atención y cariño. Y aunque no sea una copia exacta de la foto, si será fiel a su especie, a su forma general y a su esencia. Porque en Vivero Pocochay creemos que la naturaleza no necesita filtros: solo respeto, paciencia y luz.
Cada una es cultivada con paciencia en nuestros invernaderos, donde replicamos las condiciones ideales para su desarrollo natural. Se riegan con la frecuencia adecuada según su especie, se fertilizan con fórmulas balanceadas y se limpian regularmente para mantener sus hojas saludables y libres de plagas o impurezas.
Antes de ser enviadas, nuestras plantas son inspeccionadas una a una, asegurándonos de que estén en óptimas condiciones: con raíces fuertes, follaje vigoroso y estructura equilibrada.
El sustrato en el que viajan ha sido preparado por nosotros, con mezclas ricas en nutrientes, bien aireadas y con excelente drenaje. Además, cada planta es empaquetada a mano cuidadosamente, sellada y enviada en un embalaje de cartón.
Creemos que el bienestar de una planta comienza desde su origen. Por eso, cuidarlas no solo es parte de nuestro trabajo: es parte de nuestra filosofía. Cuando recibes una planta de Vivero Pocochay, estas recibiendo un pedazo de naturaleza que ha sido tratada con respeto, dedicación y propósito.
Cada planta tiene sus propios ritmos, y su necesidad de agua depende de su especie, tamaño, estación y ambiente en el que vive. Como regla general, te recomendamos dejar que los primeros centímetros del sustrato se sequen antes de volver a regar. Pudiendo comprobar su humedad introduciendo tu dedo 5 cm al interior de la tierra, si al sacarlo, la tierra se adhiere a la superficie del dedo es porque aún está húmeda, es mejor esperar para regar. El exceso de agua es una de las causas más comunes de estrés y enfermedades en las plantas de interior, asique, riega con moderación y observa su interior.
En primavera y verano, las plantas suelen estar en pleno crecimiento y requieren riegos más frecuentes, ya que la temperatura y luz aumentan la evaporación del agua. En cambio, durante el otoño y el invierno, muchas especies entran en una etapa de reposo y necesitan menos agua. En esos meses, bastará con revisar la humedad del sustrato una vez por semana o incluso cada diez días, dependiendo del ambiente. No te guíes solo por el calendario: guíate por la tierra, la luz y el lenguaje silencioso de tu planta. Con el tiempo y la observación activa, desarrollaras una conexión más intuitiva con ellas. Y regar dejará de ser una tarea más para convertirse en un pequeño acto de presencia, calma y cuidado consciente.
La caída de las hojas es una parte completamente natural del ciclo de vida de una planta. Sin embargo, si notas que tu planta de pronto está perdiendo muchas hojas en poco tiempo, es probable que no se sienta completamente cómoda en su entorno.
Las causas más comunes son el exceso de riego, los cambios bruscos de temperatura o luz y las corrientes de aire frío. Las plantas son sensibles a su ambiente, y cualquier alteración se expresa a través de sus hojas. Por ejemplo, si la maceta está constantemente húmeda, las raíces comenzaran a asfixiarse por falta de oxígeno y eso se traduce en una perdida repentina de follaje. Lo mismo ocurre cuando se cambia de lugar con frecuencia o se expone a calefactores o salamandras, ventanas abiertas o luz directa no acostumbrada.
Observa en calma: cada hoja caída es una forma de comunicación contigo. Revísala con atención, siente su sustrato con la yema de tus dedos, observa la luz que recibe y la temperatura del ambiente. Ajustar pequeños detalles pueden hacer notar una gran diferencia. Recuerda que una planta feliz no es perfecta, sino resiliente, y siempre estará dispuesta a adaptarse si tú la acompañas en el proceso.
Las plantas, aunque silenciosas, son maestras en el arte de comunicarse. Basta con observarlas con atención para descubrir cómo se sienten. Una planta feliz lo expresa con su postura, sus colores y sus ritmos de crecimiento. Sus hojas firmes, vibrantes y bien erguidas son un señal clara de que están en equilibrio con su entorno. Las hojitas nuevas, tallos o raíces que se asoman son gestos de confianza: significa que se siente segura y lista para expandirse.
El crecimiento puede ser lento – especialmente en los meses más fríos – pero si es constante, es una buena señal. También lo es si el tallo se mantiene firme y la planta no se tambalea al tocarla: indica raíces sanas, ancladas y fuertes. Si además no observas manchas extrañas, plagas o decoloraciones, puedes estar en calma: tu planta está contenta.
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